Uno de mis aforismos favoritos es: Si vis discere, doce.(Si quieres aprender, ¡enseña!)
Lo es porque cuando quieres enseñar algo tienes que desmenuzarlo, no basta sólo con entenderlo sino hay que hacerlo entender y para ello no basta con repetir conceptos y buscar ejemplos sino también trasladarlos a otros campos y niveles y tener en cuenta que lo que a mi me puede parecer obvio para otra persona no lo es. Siempre hay que tratar aquello que se enseña no con la perspectiva del que sabe sino con la mente ingenua y dubitativa del que aprende. Es apasionante el camino de aprender a enseñar. Es un curso que lleva toda la vida. Un aforismo inacabado.
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