jueves, 3 de diciembre de 2009

IULIUS CAESAR: EL FIN DE LA REPÚBLICA-SILA


En la película aparecen una serie de personajes:
Sila, el Afortunado

Lucio Cornelio Sila ( Lucius Cornelius Sulla) nació en Roma en una de las familias menos ricas de la gens Cornelia .

La muerte de su padre dejó a Sila en una penosa situación económica, por lo cual, se refugió en el mundillo del teatro, frecuentando locales de dudosa reputación y malas compañías, (actores, gentes de mal vivir, etc)

Según Plutarco, era muy atractivo y fue su físico el que lo sacaría de esos ambientes, ya que una de las cortesanas más caras de Roma, perdidamente enamorada de él, le legó todas sus posesiones.
Al mismo tiempo falleció su madrastra , y le dejó como único heredero. Entonces, pudo disponer de los fondos necesarios para iniciar su carrera política cuando tenía unos treinta años de edad




LA DICTADURA DE SILA 82-79 a.C.: SILA DICTADOR

La película nos sitúa la acción a comienzos de la dictadura de Sila.


Los hechos que llevaron a que Sila se proclamara dictador fueron los que acontecieron durante el enfrentamiento (guerra civil) entre Mario (representante del sector popular) y Sila (representante del sector conservador o senatorial)


¿Qué significaba eso?. Hay que tener cuidado de no emplear conceptos modernos en los períodos antiguos.


En principio, el dictador era un cargo político contemplado por la Constitución republicana. En situaciones de excepcional gravedad (como podía ser una guerra civil que era la que les afectaba), quedaban en suspenso todas las magistraturas y se hacía cargo el dictador ayudado por un colaborador: el magister equitum, designado por él mismo, para solucionar la situación. Una vez resuelto el período de crisis, volvían a entrar en funcionamiento todas las magistraturas ordinarias y el orden constitucional republicano. Pero para asegurarse de que nadie quisiera quedarse con el poder (dado que éste era casi absoluto pues concentraba todo en sus manos y- esto era algo que odiaban profundamente los romanos-), limitaron la duración de este cargo a 6 meses. Pero Sila se proclamó dictador sin límite Esto contraviene el espíritu y la legislación republicana. Es decir, suponía una perversión de la Constitución Republicana.

REFORMAS DE SILA

Su primer objetivo fue eliminar a quienes habían atentado contra la autoridad del Senado, así comenzaron sus famosas listas de proscripciones que todos habéis visto en qué consistían. Él quería devolver al Senado la autoridad y el prestigio de antaño.

1.-Aumentó el número de senadores a 600 (tradicionalmente venían siendo 300), pero incluyó entre ellos a oficiales de su ejército y por tanto leales a él y a caballeros itálicos.


2.-Restringió el poder de los tribunos (magistrados que representaban a la plebe) ningún proyecto de ley podría ser presentado por los tribunos sin que le diera el visto bueno el Senado.


3.-Para que las tropas no se hicieran leales a un magistrado redujo a un año el gobierno en las provincias (procónsules o propretores) 4.-Prohibió que los gobernadores (procónsules y propretores) salieran de sus provincias con sus tropas sin permiso del Senado y mucho menos que entraran con ellas en Italia (que precisamente era lo que él había hecho)

4.-MUERTE DE SILA

Después de realizar todas estas reformas que él creyó convenientes, abdicó de sus poderes dictatoriales, se enamoró como un colegial de una bella joven de la familia de los Pisones y se retiró, como un simple particular a una villa en la Campania
Allí, escribió sus Memorias y regresó a las grandes fiestas y a las malas compañías que caracterizaron su juventud, dedicando su tiempo, a beber con ellos y a disputar con ellos en bufonadas y chistes, y,según nos cuentan, haciendo cosas muy impropias de su vejez .
Y así permaneció,hasta el mismo día de su muerte a principios del 78 a C. víctima , parece ser, de algún tipo de cáncer intestinal que padecía ya desde el inicio mismo de su cursus honorum ( recordad desde los 30 años aproximadamente) y de cuya gravedad era perfectamente consciente.

Tras su muerte en el año en el 78 aC y, ante las dudas sobre qué hacer con su cuerpo, un grupo de sus veteranos lo cargó desde su villa privada hasta el Campo de Marte romano, donde construyeron una gran pira fúnebre en la cual incineraron el cadáver del dictador. Su epitafio, redactado por él mismo, venía a reducirse a que nadie le había superado ni en hacer el bien a sus amigos ni el mal a sus enemigos.

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